Hoy, viernes 23 de febrero, se celebrará el primer Pre-Consejo de la Infancia de la Fundación de la Esperanza. El Pre-Consejo forma parte del proyecto de participación de niños, niñas y adolescentes de la Fundación, que tiene como objetivo implicarlos en aquello que les afecta; escuchando sus puntos de vista y teniéndolos en cuenta en la toma de decisiones sobre su día a día en la Fundación.
El proyecto de participación se traduce en varias actividades que cada grupo del Aula Abierta integra en sus dinámicas a lo largo del curso. Cada grupo tiene, como mínimo, una asamblea mensual donde se distribuyen las responsabilidades, se escogen las actividades del mes siguiente y se valora la experiencia del último mes.
De cara al Pre-Consejo, cada grupo, desde los más pequeños de primaria hasta los jóvenes, ha elegido a un representante para que aporte sus propuestas y así decidir entre todos cómo será la celebración de fin de curso. También se hablará sobre la preparación del Consejo de la Infancia de la Fundación de la Esperanza, que tendrá lugar durante el mes de junio. El Consejo supondrá el fin del proceso asambleario de este año, y será un espacio de reflexión sobre las necesidades que se hayan detectado en el barrio y las posibles formas de intervención. Será a partir de estas propuestas que el Consejo decidirá cuál será la temática principal sobre la que todos juntos trabajarán durante el próximo curso.
El proyecto de Participación se enmarca en la Política de Protección a la Infancia de la Fundación de la Esperanza, en la que se destaca la necesidad de establecer espacios y canales de comunicación en que los niños, como sujetos de derecho, puedan reflexionar y expresarse libremente. A través de las dinámicas de participación, niños y adolescentes ponen en práctica la escucha activa, el respeto hacia las opiniones de otros, la expresión oral y el uso de la lengua catalana. A la vez, se los hace ver la responsabilidad que tienen sobre sus decisiones y los resultados que obtienen, como individuos y como grupo.
Su participación, pero, no se limita solo a las actividades asamblearias, sino que se quiere integrar en varios momentos de su experiencia en la Fundación. Un ejemplo es la organización de las tardes del grupo de medianos (3º y 4º de primaria), donde los niños y niñas asumen diferentes roles para recoger el aula, pasar lista y comunicar las actividades que hay preparadas. El proceso lo inicia el educador cada tarde indicando si es el momento de formar un círculo y explicar las actividades de la tarde o de recoger, y son los niños quienes asumen la responsabilidad de cumplir con su rol y trabajar en equipo para que todo funcione. Aquí aparecen, entre otras, la figura del “moderador”, que cuenta el tiempo que falta para formar el círculo, el encargado de la lista, que revisa la asistencia y explica cuál es la programación de la tarde o el “interiorista”, que se encarga de coordinar el grupo para que el espacio esté limpio y ordenado.
Los grupos de medianos y adolescentes destacan por la madurez que han adquirido sus procesos participativos, y es que hay momentos en los que el equipo educativo no necesita intervenir directamente. Así lo explica Luis Peña, uno de los educadores del Aula Abierta:
“Yo estoy en un extremo de la sala haciendo trabajo y voy escuchando lo que sucede en la asamblea. Si hace falta me acerco, habitualmente es para confirmar alguna tarea. Si no es por eso, el grupo se autorregula durante la asamblea.”
Además, se han introducido dinámicas como los “círculos restaurativos y de cuidados”, que son espacios seguros que sirven para abordar problemáticas internas siguiendo los principios de escucha y participación trabajados en las asambleas.