El casal de verano llega ya a su ecuador con la satisfacción de ver lo gratificante que está siendo para todos los participantes y su entorno. Además de facilitar la conciliación familiar, el casal se presenta como la continuación de la estrategia socioeducativa que se sigue durante el curso escolar. El objetivo es crear un entorno educativo estimulante para continuar aprendiendo durante el verano.
Participan un total de 135 niños, niñas y adolescentes de entre 6 y 16 años. Cada semana, se sorprenden al descubrir historias y leyendas de dioses y diosas como Zeus, Atenea y Poseidón. Y es que el centro de interés alrededor del cual gira el casal es especialmente atractivo: la mitología griega, relacionada con los derechos de la infancia.
Se cuenta con la dedicación de 6 educadoras y 16 voluntarios y voluntarias que han hecho posible un programa de actividades diverso. Las más valoradas por los niños han sido las salidas a la piscina y a la playa, donde han disfrutado de actividades acuáticas como la navegación a vela, los más pequeños, y el kayak y el paddle, los adolescentes. Las excursiones también han sido protagonistas, con visitas a equipaciones culturales y espacios naturales.
Todas estas actividades se presentan como una gran oportunidad para descubrir nuevos entornos y compartir experiencias con compañeros y compañeras. Sobre todo en contraposición a la cotidianidad de los participantes, que habitualmente discurre en los espacios urbanos más próximos, en viviendas poco condicionadas para los momentos de más calor y en el aislamiento que comporta el tiempo dedicado a los dispositivos electrónicos.
También ha habido momentos para dejar volar la imaginación y ponerse creativos. Los adolescentes han tenido la oportunidad de trabajar en la creación de esculturas con materiales reciclados del barrio. A su vez, los más pequeños han participado en un taller de creación de carteles de concienciación para mantener el barrio limpio y han creado juegos de mesa gigantes, también con materiales reciclados.
En conjunto, todos los participantes del casal están disfrutando del verano, del contacto con la naturaleza, de los distintos aprendizajes y, sobre todo, del contacto entre ellos, que les permite seguir creciendo de una manera sana y feliz.